
Aunque las causas exactas del TDAH no se comprenden por completo, los estudios sugieren que es el resultado de una combinación de factores genéticos, neurobiológicos y ambientales. A continuación, detallamos los principales factores que influyen en su aparición.
Factores Genéticos
Los estudios muestran que el TDAH tiene un fuerte componente hereditario. Según investigaciones, si uno de los padres tiene TDAH, hay una alta probabilidad de que el hijo también lo desarrolle. Aproximadamente el 76% de los casos de TDAH tienen una base genética.
Evidencia científica:
- Varios estudios de gemelos han demostrado que el TDAH tiene una alta heredabilidad.
- Se han identificado genes específicos asociados con la regulación de la dopamina, un neurotransmisor clave en la atención y el comportamiento impulsivo.
Factores Neurobiológicos
El TDAH se relaciona con diferencias en el desarrollo y la función del cerebro, particularmente en áreas como la corteza prefrontal, que está involucrada en la toma de decisiones, el control de impulsos y la regulación de la atención.
Diferencias cerebrales observadas:
- Desregulación de neurotransmisores: La dopamina y la norepinefrina juegan un papel crucial en el TDAH. Las personas con este trastorno suelen tener dificultades para regular estos químicos cerebrales.
- Volumen cerebral: Algunas investigaciones han encontrado que ciertas áreas del cerebro pueden ser más pequeñas o menos activas en personas con TDAH.
Factores Ambientales
Aunque los factores genéticos son predominantes, el entorno también puede influir en el desarrollo del TDAH. Entre los factores ambientales más comunes se incluyen:
- Exposición prenatal a toxinas: Fumar, beber alcohol o consumir drogas durante el embarazo aumenta el riesgo de que el niño desarrolle TDAH.
- Nacimiento prematuro o bajo peso al nacer: Ambos están asociados con un mayor riesgo de desarrollar TDAH.
- Ambientes estresantes: Vivir en un entorno caótico o sufrir trauma en la infancia también puede agravar los síntomas del TDAH.